A muchas de nosotras nos han enseñado que "buen" sexo significa "verdadero" amor y que, a la inversa, el sexo no podía ser realmente satisfactorio y gratificante si la relación entera no estaba bien para nosotras. Nada podría estar más lejos de la verdad para las mujeres que aman demasiado.
Para una mujer que vive una relación infeliz o tiene una pareja que no es la más adecuada para ella, el acto sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación, y la única manera efectiva de relacionarse con el otro. De hecho, el grado de descarga sexual que ella experimente puede guardar una relación directa con el grado de incomodidad que sienta con su pareja. Esto es fácil de comprender. Muchas parejas, tengan una relación sana o no, experimentan un contacto sexual particularmente bueno después de una pelea.
En especial para las mujeres que amamos demasiado, la intensidad de nuestra lucha con un hombre puede contribuir a la intensidad de nuestra experiencia sexual con él y, por consiguiente, al vínculo que nos une a él>".
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<"Creo que lo que más me complace al hacer el amor con David es que he podido excitarlo lo suficiente para distraerlo de lo que preferiría estar haciendo. Odio admitir esto, pero eso siempre me ha excitado mucho, el solo hecho de lograr que David o Jim o cualquiera me presten atención.
Creo que el sexo me ha dado mucho alivio porque me he sentido tan mal en cada relación. Parece disolver por un momento todas las barreras y unirnos>".
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<"Una mujer que ama demasiado por lo general exhibe las siguientes características con respecto a su forma de sentir y de relacionarse con los hombres sexualmente:
* Pregunta "¿Cuánto me ama (o necesita)?" y no "¿Cuánto lo quiero?"
*La mayoría de sus interacciones sexuales con él están motivadas por "¿Cómo puedo hacer que me ame (o necesite) más?"
*Su impulso de entregarse sexualmente a otros a quienes percibe como necesitados puede dar como resultado una conducta que ella misma considera promiscua, pero ésta apunta principalmente a la gratificación de otra persona, en lugar de a ella misma.
*El sexo es una de las herramientas que usa para manipular o cambiar a su pareja.
*A menudo las luchas de poder de la manipulación mutua le parecen muy excitantes. Se comporta en forma seductora para conseguir lo que quiere y se siente estupendamente cuando da resultado y muy mal cuando no es así. El hecho de no obtener lo que quiere por lo general la lleva a esforzarse más.
*Confunde angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual. A la sensación de tener un nudo en el estómago la llama "amor".
*Se excita a partir de la excitación de él. No sabe sentirse bien por sí misma; de hecho, se siente amenazada por sus propios sentimientos.
*A menos que tenga el desafío de una relación no gratificante, se vuelve inquieta. No la atraen sexualmente los hombres con quienes no lucha. En cambio, los llama "aburridos".
*A menudo forma equipo con un hombre de menor experiencia sexual, para poder sentirse en control.
*Anhela la intimidad física, pero debido a que teme verse envuelta por otro y/o abrumada por su propia necesidad de afecto, sólo se siente cómoda con la distancia emocional creada y mantenida por la tensión de la relación. Se vuelve temerosa cuando un hombre está dispuesto a acompañarla emocional y sexualmente. Huye de él o bien lo aleja>".
Extracto del libro: La mujeres que aman demasiado. Robin Norwood. 1986.
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Cita por demás inquietante, interesante y perturbadora, vale la pena analizarla con detenimiento y platicarla largamente con nosotras mismas.










