miércoles, 29 de febrero de 2012

El "placer" oculto...



<“Hemos comido en exceso o escasamente, o ambas cosas, para olvidar la realidad, para distraernos, y para insensibilizamos al vasto vacío emocional que hay en lo profundo de nuestro ser. Nuestra recuperación de la adicción a las relaciones debe ir de la mano de nuestra recuperación de la adicción a la sustancia de la que abusamos. Cuanto más dependemos del alcohol, las drogas o la comida, más culpa, vergüenza, miedo y odio por nosotras mismas sentimos“.>

Extracto del libro: Las mujeres que aman demasiaddo. Robin Norwood. 1986
_____________________________

Esta cita es muy fuerte pero muy cierta porque de entrada nos es muy difícil aceptar (negación) que la comida o las relaciones sean una adicción. En mi caso el "placer" oculto que la comida me proporcionaba era una de mis máximas expresiones de control. Cuando me peleaba con mis parejas (sobre todo con el padre de mis hijos) siempre comía... más y más rico o más abundante. La comida y mi peso eran las dos únicas cosas que siempre tuve en control. En realidad sólo reflejaban el descontrol brutal que tenía en mi vida en general sobre todo la sentimental. La relación y la comida iban de la mano.Tuve periodos de delgadez extrema por ejercitarme (secretamente) en exceso... a la par de que comía demasiado y en otras me mataba de hambre porque no me "daba tiempo" de comer, la sensación de control que experimentaba al respecto llegó a ser tremendamente compulsiva y hasta placentera.Para las muejeres que han pasado por esto como yo, la comida resulta ser el sustituto perfecto del amor y de una relación plena y satisfactoria.Estoy aprendiendo a desligar mis propios sentimientos y emociones de la comida... si, estoy aprendiendo a recuperarme de esas adicciones (aunque no las queramos llamar así) en mi vida...

Pero esto tiene una explicación y una razón...

<"Muchas hijas de alcohólicos desarrollan una adicción al azúcar refinada y adquieren una forma compulsiva de comer. El azúcar refinada no es una comida sino una droga. No tiene valor alimenticio; sólo calorías vacías. Puede alterar en forma dramática la química cerebral y es una sustancia altamente adictiva para mucha gente.Tal vez porque el azúcar refinada es casi idéntica en su estructura molecular al alcohol etílico">.




Extracto del libro: Las mujeres que aman demasiaddo. Robin Norwood. 1986
______________________________

...otra cita muy fuerte que nos ayuda a mirar y entender muchas cosas ligadas a nuestro pasado con un progenitor alcohólico, que sólo nos reafirma que tratar de recuperarnos y buscar ayuda para sanar en muchos aspectos de nuestra vida, es ha sido y seguirá siendo una responsabilidad exclusiva e íntimamente nuestra.

Mi terapeuta nos dijo algo muy revelador en una de las sesiones:

Preguntó... -Saben cuál es el significado psicológico de la comida?

-..."Ausencia de amor"... respondió.

Y el silencio y la profunda reflexión se hicieron presentes en cada una de nosotras.

martes, 28 de febrero de 2012

Perder es... ganar.


"Aprender a perder es la capacidad que tiene una persona para discernir qué depende de uno y qué no."
                                               
 Dr. Walter riso 24 de Febrero 2012
 
________________________________

Es tan cierto esto...la verdad es que ganamos justamente cuando dejamos de luchar (por cambiar a otro, por controlarlo, por "educarlo" por tratar de "pulirlo") alimentando esa eterna esperanza de "ganar"... la jugada maestra sería sin duda no involucrarnos, no participar ni alimentar esa guerra. Cuando aprendes a no luchar y a "estar quieta contigo misma" no hay distracciones ni ganas de involucrarte en la batalla del caos de nuevo, porque estas experimentando una tranquilidad que nunca en tu vida conociste antes, cada vez sientes menos vacío...y te vas sintiendo más paz.

lunes, 27 de febrero de 2012

Amar-sufrir-luchar-ganar el "sentido" de la vida...



Es triste encontrar en la red consejos de una madre a su hija (que pasa por problemas matrimoniales desde siempre) como estos... que tanto daño le hacen y le harán a ella en el futuro.
________________________

"No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalos a irse. Quien insiste en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta, que conocieron en el momento equivocado. Cuando estás arriba, tus amigos saben quién eres, cuando estás abajo, tú sabes quiénes son tus amigos. La vida tiene cuatro sentidos: Amar, sufrir, luchar y ganar. El que ama sufre, el que sufre lucha y el que lucha gana..."
________________________

Cuando en casa refuerzan esa mezcla de amor, sufrimiento y lucha es cuando la batalla se hace interminable, cada vez más dolorosa y terriblemente desgastante.

Hay una cita que habla justamente de esto, de cómo una adicción a la relaciones nos termina enfermando en lo emocional y también en lo físico.


<“Todos tendemos a creer que el sufrimiento es una señal de verdadero amor, que el negarse a sufrir es egoísta, y que si un hombre tiene un problema entonces una mujer debe ayudarlo a cambiar. Estas actitudes ayudan a perpetuar enfermedades. Cuando se hace evidente que está ocurriendo algo muy destructivo,es vital ver esos "síntomas" cuanto antes a fin de detener la continua destrucción de la salud emocional y física“.>

Extracto del libro: Las mujeres que aman demasiado. Robin Norwood. 1986

Es tan  importante preservar ante todo nuestra dignidad, nuestro cuidado y nuestra tranquilidad y paz interior. Es muy difícil aprender a hacer eso después de tanta negación, resistencia e inaccesibilidad;después de estar acostumbradas a tanto caos y tensión pero es posible.

Siempre que tengamos un aliento de vida, es posible aprender que podemos desaprender.

martes, 21 de febrero de 2012

Esto es amar demasiado.



<“…Las mujeres que aman demasiado provienen de familias en las cuales estuvieron muy solas y aisladas, o bien fueron rechazadas o sobrecargadas con responsabilidades inapropiadas, y por esa razón se volvieron excesivamente maternales y altruistas; si no, se vieron sujetas a un caos peligroso, de modo que desarrollaron una abrumadora necesidad de controlar a quienes las rodeaban y a las situaciones en que se encontraban. La consecuencia natural es que necesita controlar, atender, o ambas cosas, sólo podrá hacerlo con un hombre que al menos le permita o le invite a este tipo de conducta. Es inevitable que se involucre con un hombre que es irresponsable en por lo menos algunas áreas importantes de su vida, porque está claro que él necesita su ayuda, su atención y su control. Allí comienza la lucha por tratar de cambiarlo mediante el poder y la persuasión de su amor. Es en este punto inicial donde se presagia la insania de la relación, cuando ella comience a negar la realidad de esa relación (recuerde que la negación es un proceso inconsciente, que ocurre en forma automática e involuntaria).

El sueño que ella tiene sobre cómo podrían ser las cosas y sus esfuerzos por lograr esa meta distorsionan su percepción de cómo son las cosas. Ignora o disipa racionalmente cada decepción, fracaso y traición en la relación. "No es tan malo.""Tú no entiendes cómo es él en realidad." "No lo hizo a propósito." "No es su culpa”, son sólo algunas de las frases hechas que emplea la mujer que ama demasiado a esta altura de su proceso de enfermedad para defender su pareja y su relación. Ella se vuelve más dependiente de él en lo emocional. Esto se debe a que ella ya se ha concentrado totalmente en él, en sus problemas, en su bienestar y, lo que quizá sea más importante, en sus sentimientos hacia ella. Mientras sigue tratando de cambiarlo, él absorbe la mayor parte de sus energías. Muy pronto ese hombre se convierte en la fuente de todas las cosas buenas en su vida. Si el hecho de estar con él no la hace sentir bien, trata de arreglarlo a él o a sí mismo para que sí lo haga. No busca gratificación emocional en otra parte. Está demasiado ocupada tratando de que la relación funcione. Está segura de que si puede hacerlo feliz él la tratará mejor, y entonces ella también será feliz.


Cada vez que él se enfada, ella interpreta esa reacción como su propio fracaso y se siente culpable, por no haber sido capaz de aliviar la infelicidad de él, por no haber podido rectificar las insuficiencias de su hombre. Pero quizá, más que nada, se sienta culpable por ser infeliz ella misma.Su negación le dice que en realidad no hay nada malo en él, entonces toda la culpa debe ser de ella. En su desesperación, que considera fundada en problemas triviales y quejas sin importancia, comienza a tener una intensa necesidad de discutir las cosas con su pareja. A continuación se producen largas charlas (si él acepta hablar con ella), pero en general no se tratan los verdaderos problemas.

Y así sucesivamente. Las cosas empeoran. Pero como el hombre teme que ella se desaliente y se aparte de él, y él necesita su apoyo -emocional, económico, social o práctico-, le dice que está equivocada, que imagina cosas, que la ama y que la situación está mejorando pero que ella es demasiado negativa para notarlo. Y ella le cree, porque necesita tanto creerle. Acepta esa opinión de que ella está exagerando los problemas y se aleja más aun de la realidad. El se ha convertido en su barómetro, su radar, su medidor emocional. Y lo observa constantemente. Todos sus sentimientos son generados por el comportamiento de él. Al tiempo que le da el poder de dominarla emocionalmente, interfiere entre él y el mundo.


Trata de que él luzca mejor de lo que es y de que ambos parezcan más felices de lo que son. Encuentra explicaciones para cada falla de él, para cada decepción, y mientras oculta la verdad ante el mundo también la oculta ante sí misma. Incapaz de aceptar que él es como es y que sus problemas son de él, no de ella, experimenta una profunda sensación de haber fracasado en todos sus enérgicos intentos de cambiarlo. Su frustración aflora en una erupción de ira y se producen batallas, a veces físicas, que ella inicia en su furia impotente por lo que parece ser un bloqueo deliberado por parte de él para con sus mejores esfuerzos. Tal como una vez excusó cada falla de él, ahora toma todo en forma personal, siente que es la única que trata de que la relación funcione. Su sentimiento de culpa aumenta mientras se pregunta de dónde viene esa furia en ella y por qué no puede ser suficiente mente digna de ser amada para que él quiera cambiar por ella, por los dos. Cada vez más decidida a provocar en él los cambios que desea, ahora está dispuesta a intentar cualquier cosa.
 
Intercambian promesas. Ella no lo fastidiará si él no bebe ni vuelve tarde ni le es infiel o lo que sea. Ninguno de los dos es capaz de cumplir con el trato, y ella percibe vagamente que está perdiendo el control, no sólo sobre él sino también sobre sí misma. No puede dejar de pelear, de regañarlo, de intentar persuadirlo con halagos o con ruegos. Su respeto por sí misma decae en forma vertiginosa.Si él está bebiendo demasiado, la negación de la mujer hace que ella no pueda adm1tirlo, y le ruega que le diga por qué es tan desdichado, dando por sentado que su hábito de beber no es importante pero que la infelicidad sí lo es. Si él le es infiel, ella le pregunta por qué no es suficiente mujer para él, y acepta la situación como su culpa, en lugar de culparlo a él.

Es probable que se muden, pensando que los amigos, el trabajo, los familiares, son culpables de sus problemas. Y tal vez las cosas mejoren por un tiempo... pero sólo por un tiempo. Muy pronto, los viejos patrones vuelven a asentarse. A esta altura, ella ya está tan consumida por esa amarga batalla que no le queda tiempo ni energías para otra cosa. Si hay hijos, éstos sufren una negligencia emocional, si no también física. Las actividades sociales llegan a un punto muerto. Hay demasiada acritud y demasiados secretos que guardar para que una aparición en público sea otra cosa que una ordalía. Y la falta de contacto social sirve para aislar más aun a la mujer que ama demasiado. Ha perdido otro vínculo vital con la realidad. Su relación ha pasado a ser su mundo entero. Hubo una vez en que la irresponsabilidad y la necesidad de ese hombre la atraían. Era cuando ella estaba segura de que podría cambiarlo, repararlo. Ahora se encuentra llevando sobre sus hombros cargas que le corresponden a él, y mientras siente un profundo resentimiento hacia él por ese cambio de la situación, también se deleita con la sensación de control que eso le da por sobre él, pues es ella quien dispone del dinero de él y quien asume el control total sobre los hijos.

La mujer que ha estado obsesionada por la relación puede incorporar ahora un desorden alimenticio a sus otros problemas, si es que no lo tiene ya. Buscando recompensarse por todos sus esfuerzos y, además, tratando de sofocar la ira y el resentimiento que bullen en su interior, es probable que empiece a usar la comida como droga tranquilizante. O bien puede descuidar seriamente su alimentación debido a úlceras o a problemas estomacales crónicos, tal vez combinados con una actitud de mártir. ("No tengo tiempo para comer.") También es probable que controle su alimentación con rigidez para compensar la sensación de descontrol que experimenta con su vida en general.

Como notamos antes, puede desarrollarse una dependencia a la comida, al alcohol o a otras drogas para sofocar la ansiedad generada por su situación en la vida y su actitud hacia la misma y para tolerar la insostenible situación en que se encuentra.

Es inevitable que, cuando una mujer llegue a esta altura de la progresión de su enfermedad, aparezcan problemas físicos además de los emocionales. Pueden manifestarse cualquiera de las alteraciones provocadas por la exposición a una tensión severa y prolongada como problemas digestivos y/o úlceras, además de todo tipo de problemas en la piel, alergias, alta presión sanguínea, tics nerviosos, insomnio y constipación o diarrea, o ambas cosas alternadamente. Pueden empezar períodos depresivos o si, como sucede tan a menudo, la depresión ya ha sido un problema, los episodios ahora pueden prolongarse y profundizarse en forma alarmante. A esta altura, cuando el cuerpo comienza a quebrantarse debido a los efectos de la tensión, entramos a la fase crónica.

Ahora la mujer es totalmente incapaz de ver cuáles son sus alternativas desde el punto de vista de la vida que lleva. Gran parte de lo que hace es en reacción a su pareja, inclusive las aventuras amorosas, la obsesión con el trabajo o con otros intereses, o la devoción a "causas" en las que nuevamente trata de ayudar/controlar la vida y la situación de quienes la rodean. Es triste, pero incluso el hecho de que busque personas e intereses fuera de la relación ya forma parte de su obsesión. Ha llegado a sentir una tremenda envidia por la gente que no tiene sus problemas, y cada vez más se encuentra descargando sus frustraciones en quienes la rodean, mediante ataques cada vez más violentos a su pareja e incluso, a veces, a sus hijos.
A esta altura, a modo de intento supremo de controlar a su pareja mediante la culpabilidad, puede amenazar o llegar a intentar suicidarse. Huelga decir que ella y todos los que la rodean ya están enfermos, muy enfermos, principalmente en lo emocional y a menudo también en lo físico.

Cuando la mujer que ha comenzado amando demasiado al fin se da cuenta de que lo ha probado todo para cambiar a su hombre y que sus mejores esfuerzos han fallado, tal vez pueda ver que debe buscar ayuda en otro intento de cambiar a su hombre.

Es crucial que la persona a quien ella recurra la ayude a reconocer que ella es quien debe cambiar, que su recuperación debe empezar por ella misma. Esto es muy importante, porque amar demasiado es una enfermedad progresiva, como ya quedó tan claramente demostrado.


Una mujer que ama demasiado va camino a la muerte, ya sea por una alteración relacionada con el stress, como, por ejemplo, una insuficiencia cardiaca o un ataque de apoplejía, o algún otro problema físico causado o exacerbado por el stress, o bien por la violencia que ha llegado a formar una parte tan grande de su vida, o quizás en un accidente que no habría ocurrido de no haber estado distraída por su obsesión“.>.

Extracto del libro: Las mujeres que aman demasiado. Robin Norwood. 1986
______________________________

Esta sin duda fue una de las partes más difíciles de leer para mi. Para las mujeres que hemos amado demasiado, esta secuencia de relación que describe la autora es la que desafortunadamente hemos vivimos siempre (en uno o en varios de estos puntos) con una o con varias parejas en el transcurso de nuesta vida.




lunes, 20 de febrero de 2012

Workaholic...



"La adicción al trabajo es una alteración grave, como lo son todas las conductas compulsivas. Esta puede ser protegerlo de la cercanía y la intimidad que él teme e impedir que surjan diversas emociones incómodas para él, principalmente la ansiedad y la desesperación. (La adicción al trabajo es una de las maneras de evitarse a sí mismos que emplean con frecuencia los hombres que provienen de familias disfuncionales, tal como amar demasiado es uno de los principales medios de prevención utilizados por las mujeres provenientes de ese tipo de familias.)".

Extracto del libro: Las muejeres que aman demasiado. Robin Norwood. 1986

__________________________

Las que hemos estado casadas o vivido con un adicto al trabajo entenderán de lo que les hablo.

Las señales de inaccesibilidad en ocasiones son muy claras y no podemos verlas (debido que no estamos sanas), pero están ahí... a veces nos sorprendemos "mágicamente" cuando las cosas se muestran como son; la mayoría de nosotras ni siquiera podemos identificarlas y mucho menos prevenirlas. O es más cómodo y menos doloroso (aparentemente) creer y alimentar nuestra fantasía de lo que pudiera ser la relación con él (esperando que cambie algún día) que aceptar la verdadera relación que tenemos frente a nuestros ojos.

martes, 14 de febrero de 2012

Para no confundirnos


"NO ES AMOR"


Si necesitas a alguien para ser feliz … eso no es amor.

ES CARENCIA.
Si tienes celos, inseguridad y haces cualquier cosa por mantener a alguien a tu lado, aún sabiendo que no eres amado …    eso no es amor.
ES FALTA DE AMOR PROPIO.
Si ofreces dadivas a cambio de compañia y placer… eso no es amor
 ESTAS COMPRANDO
Si crees que tu vida queda vacía sin esa persona … no consigues imaginarte solo … y mantienes una relación que se acabó … eso no es amor.
ES DEPENDENCIA.
Si piensas que el ser amado te pertenece te sientes dueño y señor de su vida y de su cuerpo… eso no es amor.
ES EGOISMO.
Si no lo deseas … no te realizas como hombre o mujer con esta persona, prefieres no tener relaciones íntimas con ella, sin embargo sientes agrado al estar a su lado …  eso no es amor.
ES AMISTAD.
Si discuten por cualquier motivo, les falta acuerdo en diversas situaciones, no les gusta hacer las mismas cosas … pero hay un deseo de estar íntimamente juntos …. eso no es amor.
ES DESEO.
Si tu corazón late más fuerte, el sudor se pone intenso, tu temperatura sube y baja, sólo en pensar en la otra persona … eso no es amor.
ES PASION.
Ahora, que ya sabes lo que NO ES AMOR, es más fácil analizar lo que pasa contigo y procurar atraer a alguien por la que sientas afecto, deseo, pasión, necesidad , ansiedad … y que este alguien sienta lo mismo por ti.
Extracto del blog: sanandovinculos.blogspot.com

Uno de amor para el día del amor.


"No te merce quien te lastima ¿Qué más se puede decir? Esperar el milagro de una resurrección afectiva hace que la gente aguante años de indiferencia, explotación o rechazo en nombre de un amor que solo existe en la imaginación de los que no saben perder. Cuando tu dignidad esté siendo vapuleada, no lo pienses, retirate con inteligencia y elegancia. ¿Qué el matrimonio es para toda la vida? Pues depende... hay algunos que ni siquiera deberían haber empezado: si ya no te quieren o violan tus principios, no te preocupes, Dios entenderá. El problema es cuando queremos persistir en un imposible y quedamos anclados en un víncuo enfermizo en el que todo vuela por los aires (hijos incluidos). No hay excusa: amar a otro no es hacer del sacrificio una norma, ni siquiera si está enfermo o incapacitado,porque si realmente lo cuidarías por amor no sería un sacrificio, sino ágape. Tu eres tan importante como tu pareja, ni más ni menos. Es el amor democrático: la dimensión política del amor que se cuela bajo de las sábanas".

(Escrito por Walter Riso Lunes 13 de Febrero 2012)

domingo, 5 de febrero de 2012

Reflexionando


Han sido días ciertamente no muy fáciles, después de haber terminado de leer el libro titulado "Las mujeres que aman demasiado" comprendo que es una enfermedad. He entendido muchas cosas, me he dado cuenta de muchos patrones que sin saberlo (al menos no conscientemente) repetimos una y otra vez al relacionarnos con un hombre... no es casualidad (las casualidades no existen) ni "mala suerte" que siempre invariablemente nos relacionemos con hombres que abusan, que nos hacen sentir mal o que no les importa lo que pensamos y mucho menos lo que sentimos...en pocas palabras hombres que no nos aman.

Sigo revisando mi historia personal y familiar porque ahí están muchas de las respuestas...sigo reflexionando... entendiendo, sintiendo...en ésta ocasión me he dado permiso de llorar y de sentir desde lo más profundo de mi ser mis carencias desde que fui muy niña. Me parece que si empiezo a escuchar, entender, consolar y apoyar a esa niñita interna lograré (con ayuda por supuesto) que la adulta se sienta mucho mejor para que con trabajo y esfuerzo logre algún día recuperarse.